1. Etapa pre-lingüística:
Está comprendido de 10 a 12 meses de edad. En esta etapa el infante emite sólo sonidos onomatopéyicos.
Durante esta etapa la comunicación que establece el niño con su medio (familia) es de tipo afectivo y gestual. Es por esto que se le debe estimular junto al lenguaje afectivo y gestual. Las expresiones vocales y verbales influyen de modo determinante en el desarrollo posterior de la comunicación lingüística del niño.
Durante esta etapa la comunicación que establece el niño con su medio (familia) es de tipo afectivo y gestual. Es por esto que se le debe estimular junto al lenguaje afectivo y gestual. Las expresiones vocales y verbales influyen de modo determinante en el desarrollo posterior de la comunicación lingüística del niño.
En el primer mes del infante, este se expresa a través del llanto, sea cual fuere su razón. Al segundo mes el sonido cambia indicando bienestar o malestar, es usado de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades. Tras el tercer mes produce gorgojitos, fonemas, laleos y balbuceos. Así al iniciar el cuarto mes el niño utiliza objetos externos para llamar la atención, de esta forma va progresando y aumentando sus vocalizaciones.
Asimismo, también sonríe y carcajea como respuesta ante los adultos, a los siete meses el niño comienza a dar intercambiar vocales con su madre. En esta edad el niño realiza vocalizaciones espontáneas, llegando a emitir sus primeras palabras. A los nueve meses es posible que el niño comience a decir palabras cortas.
2. Etapa lingüística
Esta etapa se inicia con la expresión de la primera palabra, a la que se le otorga una legítima importancia como el primer anuncio del lenguaje cargado de un propósito de comunicación.
Esta etapa se inicia con la expresión de la primera palabra, a la que se le otorga una legítima importancia como el primer anuncio del lenguaje cargado de un propósito de comunicación.
Las expresiones verbales que realizan los niños comienzan a hacer referencia a algunas entidades del medio. A partir de los doce meses el niño comienza a producir secuencias de sonidos llegando a formar palabras, como forma de imitación a los adultos. Entre los trece y catorce meses el niño emite frases de una palabra con vario significados, ejemplo: “abe”, que se refiere a abre la puerta.
Los niños designan palabras al objeto por la acción que realiza, por ejemplo a los perros le dicen “guau guau”. A los quince meses el niño ya posee un repertorio léxico que cuenta con unas 15 ó 20 palabras que irá en aumento. Antes de ser capaz de utilizar dos palabras para empleando combinaciones utilizará solo una para referirse a muchos objetos.
Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará cada vez más frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias palabras y frases, incrementando la fluidez de palabras en su expresión.
A los dos años surge en el niño la función simbólica en el niño y termina el predominio de la inteligencia sensoriomotriz dando lugar a la inteligencia representacional. Con la capacidad simbólica, los gestos y las expresiones verbales del niño comienzan a referirse cada vez con mayor frecuencia a realidades más abstractas, haciéndose más dominante en el lenguaje.
Con el paso del tiempo se produce un incremento más rápido en el vocabulario. Comienza a hacer uso de las proposiciones, pronombres y posee un lenguaje comprensible manifestando un dominio de la mayor parte de la gramática de su lengua materna.
Los niños designan palabras al objeto por la acción que realiza, por ejemplo a los perros le dicen “guau guau”. A los quince meses el niño ya posee un repertorio léxico que cuenta con unas 15 ó 20 palabras que irá en aumento. Antes de ser capaz de utilizar dos palabras para empleando combinaciones utilizará solo una para referirse a muchos objetos.
Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará cada vez más frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias palabras y frases, incrementando la fluidez de palabras en su expresión.
A los dos años surge en el niño la función simbólica en el niño y termina el predominio de la inteligencia sensoriomotriz dando lugar a la inteligencia representacional. Con la capacidad simbólica, los gestos y las expresiones verbales del niño comienzan a referirse cada vez con mayor frecuencia a realidades más abstractas, haciéndose más dominante en el lenguaje.
Con el paso del tiempo se produce un incremento más rápido en el vocabulario. Comienza a hacer uso de las proposiciones, pronombres y posee un lenguaje comprensible manifestando un dominio de la mayor parte de la gramática de su lengua materna.
Ya entre los cuatro o cinco años el niño puede ser capaz de responder a preguntas de comprensión. A la edad que comienza la etapa escolar el niño muestra una madurez para el aprendizaje y un lenguaje más abstracto. El niño es capaz tomar en cuenta críticas con respecto a su persona
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